sábado, 17 de noviembre de 2007

Traidores

Es posible que al leer esta primera línea todavía te acuerdes de mí, traidor. Traidor porque prometiste leerme no tan rápido, prometiste enamorarte de mis puntos y seguidos, darte una cita con cada uno, perderte en mis "a's" en mis "o's", sin embargo te valió cacahuate.

Preferiste traicionar El fin y no dejar llegar al érase una vez, un par de... Pero cuando cierres este libro y lo guardes, o lo prestes o lo avientes por ay, recordarás que ahí, hace poco hubo un poema y no recordarás qué decía, porque siempre entre líneas, cambiaba de opinión.

A ti lector traidor, ¿quién está al reves, tú o yo? ¿quién consume a quién?, ¿tu a mis letras o yo a tu tiempo?

-(Entromentimiento del redactor) Lamentablemente llegamos al fin del primer libro tortillero de mi carnalito el buen Sup, alias Adolfo Ramírez, esperamos haya sido de tu agrado y te invitamos a obtener más ediciones calientitas de la editorial de las masas, finalmente disculpa las majaderías del epílogo que cree que habla por si mismo, yo sólo respondo a su sentir dando los teclazos-.

Tenía que entrometerse el redactor, ya se había tardado en echar a perder este momento tan perfecto, pero sigo recordándoles a ustedes, traidores a la iniciativa de este libro, pero no hay fijón, se que volverás a pasar por aquí, y volverás a leer, no podrás resistirse al título, tu conciencia te recordará y repetirá: "léeme", "léeme", "léeme"...




Y si no... pues ni modo...



M1 C3R38R0 53 4C057UM8R4
4 CU4LQU13R M0D0 D3 V1D4.

Alexis Sánchez
Escritor sonorense


Epílogo del libro Léeme de Adolfo Ramírez.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Primer Semana Fotocultural

El 27 de agosto de 2006 inicié una "semana fotocultural" en un espacio electrónico dentro del sitio de Fotolog. Por allí la dinámica era mezclar algunas fotografías relacionadas con un cuento inédito escrito al momento. Por allí recuperé éstos dos textos.


"Los mariguanos del barrio"

En la esquina del barrio siempre se juntaban los mariguanos de mi época. Eran muy distintos a los de ahora. En la mera mera esquina está un yucateco, abajo unos baldes de plástico de las pinturas osel, y unas piedras que parece que las mandaron a hacer.

Siempre había como seis plebes leyendo el libro vaquero y fumando, al medio día todos traian sus sodas en bolsa y los más adinerados, unas sabritas que rolaban como la bacha el sábado en la noche. Y allí siempre estaban, no se movían, no hacían daño, no se metían con nadie, eran felices en "su onda". Pasan los años y van desapareciendo, el Pocholo Rodríguez se fué del barrio a vivir a punta de arena son su jefa, el Tutuli Rendón regresó a Ciudad Obregón después de vivir tres cuartas partes de su vida en el puerto, 3 más de de ellos misteriosamente se casaron y se fueron del barrio, algunas veces los veo cargando costales de verdura en el mercado municipal por las mañanas, el último de ellos me contaron que un día decidió tirar el cigarro, rasurarse e irse a jugar al fútbol al estadio con los deportistas de la Col-Bur, les perdí el rastro por allí del 92.

Quién diría que pocos años después había que andarse cuidando de la nueva generación de mariguanos, estos con sus modernas drogas sintéticas que no se conformaban con sentarse a fumar en una esquina, estos se metían a robar a las casas, desde entonces la tranquilidad en el barrio ya no existe, qué tiempos aquellos...

Uno antes ponía de pretexto a las chamacas cuando no las queríamos dejar ir a los bailes, que se las iba a robar un mariguano, aterrorizadas por eso, cuando enviaba a la Lupe por las tortillas y que tenía que pasar por la esquina donde se juntaban, les sacaba la vuelta o pasaba corriendo, jajaja, ay que recuerdos.

-Alexis Sánchez
26/ago/2006
Canción: La aristocracia del Barrio - Joan Manuel Serrat
Foto: El barrio



FOTO: El fucho en el barrio
AUTOR: Desconocido
CUENTO: El Barrio
AUTOR: Alexis Sánchez basado en la canción "Crecí en un barrio" de Miguel Inzunza.

"El Barrio"

El Paco y el Rodo eran los más grandes de la cuadra por eso ellos siempre encabezaban todo tipo de misiones en el barrio, desde organizar la cáscarita hasta las veces que nos ibamos a la colina, ya que como vivíamos en un barrio pobre, pues no teníamos muchas opciones de juego allí que no fueran las de siempre, la cáscara de fucho o las canicas.

Algunas veces nos tocó ver que el paco y el rodo se pelearan por "dominar" a nuestro grupo, era una especie de rivalidad entre amigos, de repente se calentaban las cosas pero no pasaba a más que gritos y empujones y que finalmente terminaban con una soda en la tienda de don Isidro.

Pasaron los años, yo cumplí quince en ese entonces y todo en el barrio cambiaba, algunas familias se mudaban, doña Trini ya no vendía tostadas por la noche en la esquina y a don Isidro se le quedó blanca totalmente la cabeza. Fue cuando nos separamos un poco de lo que el Rodo y el Paco se jugaban en la calle con la "nueva generación" de plebes. Yo seguí estudiando un poco, el Iván un día tomó la guitarra y practicaba a diario en la banqueta afuera de su casa, el Toñito dejó los guantes de arquero y tomó el bat, el Pepechuy agarró novia de la secundaria y era un superman, dilón y el Gonzalo, el tonto de la cuadra, igual de tonto que siempre, ni quien diera algo por él.

De las niñas del barrio las gemelas Vero y Gaby se dedicaron a bailar, la Fernanda le ayuda a su tía en la peluquería, la Bibianita es mi compañera de clases, es inteligente a veces me ayuda con la tarea y de la que nunca supimos nada fue de la Yoyis, la niña rica del barrio que nunca salió a jugar, nunca nos saludó ni nada, siempre estaba encerrada en su casota grandota.

Un día me fuí y duré 12 años en regresar, ya tenía 27. Llegué a la tienda de don Isidro y me soprendió verlo tan amable como siempre, no me cobró la soda, camino a casa doña Trini no sólo vendía tostadas, también tacos dorados y unas chimichangas sabrosas.

Caminando con mi chaqueta y mi guitarra escuché que alguien me gritó "bolita por favor", el Paco y el Rodo otra vez frente a frente en una cáscara callejera de las "de a soda".

Ví unas caras nuevas y otras conocidas, después de decidido el honor, nos sentamos a recordar la infancia en el barrio que ya no lo era tanto, pero así le llamábamos por amor.

Me contaron que el honor del barrio se jugaba dos veces por semana en la calle frente a la casa de doña Trini y que la copa era un maxilitro de coca en eso llego el Iván con su guitarra. Me contaron también qué fue del tonto del barrio mientras el Iván leía una letra de una rola que le dí, y que días después cantábamos juntos en la banqueta mientras el Rodo y el Paco los capitanes, se jugaban el honor del barrio a 120 minutos de juego contínuo de fucho callejero.

Iván y Miguel:

"Camina como si nunca te hubieras caído
responde como si nunca te hubieran golpeado,
apuesta como si nunca hubieras perdido
sonríe como si nunca hubieras llorado,
y baila, como si nadie te observara,
que no te llenen de temores la mirada
y dinero, pero el orgullo está primero,
que no te llenen los bolsillos de veneno.

Porque crecí en un barrio
donde una banqueta era un buen escenario
porque crecí en un barrio
donde la pobreza era nuestro vestuario
porque crecí en un barrio
donde una pelota decidía el honor
y las pagaba quien fallaba el gol.

La pircha de mi barrio terminó casada
con el menos pensado, el tonto de la cuadra,
y el tonto de la cuadra se hizo diputado,
por lo que veo la tele se lo está cobrando.

Y baila, como si nadie te observara,
que no te llenen de temores la mirada
y dinero, pero el orgullo está primero,
que no te llenen los bolsillos de veneno,
y la vida no es un talón de lotería
la buena suerte no se compra en las esquinas.

Porque crecí en un barrio
donde la pobreza era nuestro vestuario
porque crecí en un barrio
donde una banqueta era un buen escenario
porque crecí en un barrio
donde una pelota decidía el honor
y las pagaba quien fallaba el gol.

Porque crecí en un barrio..."

(Crecí en un barrio - Miguel Inzunza)


lunes, 3 de septiembre de 2007

Sueños

Rescatando textos viejitos... de agosto de 2006 creo...

Comunmente hablo del ayer y no del hoy,
me gusta recordar las cosas de manera reciente,
si dejo pasar más de un día, lo olvido,
frecuentemente también dejo las cosas en el pasado.

Ayer por ejemplo, soñé contigo,
y soñé que reías,
soñé que hablábamos de viajes a la playa y otras cosas
soñé que usabas ese vestido rosa,
soñé el aroma de tu perfume de noche
te soñé aquí.

El sueño es genial, es tan real que se puede sentir,
soñé también que corrías por la playa mojando tus pies descalzos
soñé un atardecer y tú frente a las olas, observando simplemente
soñé que reías
soñé que reía
soñé que eramos felices los dos,
soñé que te amaba, pero luego, desperté.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Hoy

Hoy desperté con otro semblante,
introduje mi rostro sobre un recipiente con agua,
frote mi cara y después la sequé.

Hoy, amanecí con otra mirada,
con una sonrisa dibujada
a la salud de las añoranzas
del sonido de los pájaros
cantándole al oído a las
hojas de los frondosos árboles
que caen sobre la verde grama
del verano caluroso.

Hoy me levanté
con una lágrima entre mis ojos
y con una sonrisa en mi boca,
con una imagen de ti
sonriendo como
quien tiende a ser
única y especial,
como si fueses la responsable
de mi vida.

Como si lo fueses.

Hoy te dedico este día,
y más que eso, estas letras.

Hoy me dedico a ti.

Este texto debe ser del 2005... lo rescaté de un sitio de una amiga.

martes, 21 de agosto de 2007

Dos años después

Y dos años después... sigo feliz de saber que estás aquí y que estoy ya estando.

No se si a alguien se le haya ocurrido celebrar el segundo aniversario de la creación de un texto, o escribir un texto de un texto que cumple dos años.

Dos años es la diferencia entre la final de un mundial de fútbol y la inauguración los juegos olímpicos o para no tratar de complicarnos mucho la vida fue el motivo por el que Jorge Drexler escribió uno de sus más hermosos temas: 730 días.

Son dos años de letras que están relacionadas muy directamente con la virtualidad que aloja mis textos, la colección de abrazos e imágenes sin contar la cantidad de JPG's que habitan en una carpeta de mi ordenador y esa posibilidad de transmitir, retransmitir, procesar y reprocesar las ideas sin recorrer el viejo camino romántico de arrancar la hoja y volver a empezar.

Basta dos o tres clics para cambiar de opinión y de rumbo en el mensaje que uno quiere entregar y después de dos años, el mensaje sigue siendo el mismo. Hoy hace dos años que por vez primera afirme que hacía falta un texto y no se si lo tengo más presente porque es su aniversario o por el tipo nuevo con el que comparto clases y lleva tu apellido.

No se realmente qué sea, pero últimamente estos aires de nostalgia me recuerdan mucho a ti, a unos brownies que no lo parecían tanto y a una larga cadena de pretextos adornadas con fotos, más letras, abrazos virtuales y besos que no recibiré.

Aún no se si ya puedo decir: ¡Lo hice! apagar la luz, y otra vez, soñar contigo... sólo se que dos años después, sigo esperando que sean mis letras los textos que buscabas.

jueves, 26 de julio de 2007

Y apareciste tú

Dos a cero ganaron los pumas. ¡A huevo! ¿Se podía esperar menos? De la mente no se me borra ese pase genial del Parejita a Leandro quien le dejo el honor al Toño Sancho que a su vez me hizo gritar tan eufóricamente al igual que otros cientos de orates, y, al final, no quedo más que bailar y bailar y seguir gritando, hasta que al 93, el tipo de negro al centro de la cancha nos dijera que todo había terminado.

Después del cruce de insurgentes, fui a tirarme al pasto con mi libro de Galeano y esa vista al edificio de rectoría y biblioteca central. Empecé a leer a ese uruguayo que escribe tan cabrón. Jodidos, rejodidos, como un nadie más que no podía dormir por tener a una vieja atravesada entre los párpados. Y fue, en ese preciso instante en el que un poco me encabroné y un poco me encabronaron.

¿Quién es esa mujer? Y por cierto, ¿Cómo es ella? ¿Por qué siempre estás en el pensamiento de otros?, ¿En el poema de otros?, ¿Porqué también todos hablan de tu boca, tus cabellos, tus ojos? Sin describirlos por completo, sin saber si eres pelirroja o castaña, sin saber si eres de ojos claros u oscuros, sin saber si tienes unos labios tan sexys como los de Angelina Jollie o una nariz tan desagradable como la de Carmen Campuzano.

Pero ante todo, quiero yo saber porqué siempre en un choro, en un poema o pensamiento apareces tú. Y es que la neta no me late que todo este embrollo, siempre tengan en su clímax esas palabras que me parten la madre y luego luego dicen: “Y apareciste tú”. Me parte la madre porque ella no tiene nada que ver con que ganaron los pumas, con el pase del Pareja, el birle de Leandro y el golazo de Sancho.

Pero luego los créditos se los lleva ella, pero, ¿quién eres? ¿qué haces aquí? Recuerdo que fueron finalmente como 50 minutos de hacerme preguntas sin respuestas, y luego, apareciste tú, y todo fue diferente y no me quedo de otra que levantarme e irme a casa a seguir tratando de descifrarte.

Confesión

En tu mundo de muñecas y fantasmas
la realidad se hace ilusión, es por eso
que yo nunca he querido distraerte.
Claro que siempre te he amado.
Siempre fuiste lo que quise.

Y si te propusiera

Y si te propusiera mejor regalarte un beso a cambio de tu ausencia
y si te propusiera en vez de dejar caer los brazos
retocar de nuevo esas paredes blancas tiznadas del carbón de los ayeres.

Te pusiste bélica sin razón cuando caí preso del olvido y hoy,
hoy si hay razón,
hoy si nos podemos encarar y
hoy si nos podemos poner bélicos.

Y hoy, también podemos pedirle una tregua a la herida para hacerte la paz
bajo tu colchón viejo y rechinante
y hoy, también podemos empezar a imaginar y creer que esto,
aún es posible.

Tengo miedo

De que salga el sol, de que se oculte
De que pase un autobús a más de 30 por hora,
Le temo a un lugar con mucha gente y a uno vacío.

Le temo a la vida, le temo a la muerte sola y acompañada, le temo…

Al dinero, al la pobreza, a la suerte, al amor, a la aventura, a los viajes, al sexo, a la vida, a los deportes, a vivir.

Le temo tanto a las canciones del gallo de oro, nicho y arjona, como las de Silvio, Serrat y Sabina.

Le temo a las matemáticas, a la escuela y los libros, a tu mirada, a tu sonrisa, a tus ojos cuando te enfadas.

Si… le temo a todo, pero a nada le temo más, que no temerle a nada.

Hace falta un texto

Me estoy acostumbrando a pensarte y no escribirte, ni decir
lo que siento y pienso..

Y es que mi mente en blanco
aparece ante una hoja igual
y una pluma sin la tinta correcta,
o adecuada.

Me estoy cansando de verme al espejo y reprimirme mi falta de valor, o de imaginación.

Pero es que no encuentro hilar palabras, que con coherencia describan, el mensaje claro y concreto.

La redundancia y los pleonasmos
son siempre la constante
de mi abrazos virtuales
y esos besos que no recibiré.

No busco sonar a Sabines ni Benedetti, sólo pretendo tu sonrisa dibujar aunque sea por una vez para dejar de imaginar tantas que he creado en mis sueños.

Esos en los que siempre me abrazas, y reímos y lloramos y gritamos en silencio a la salud de los que no están en mis zapatos, de los que no sufren de saber que están sin estar, de los que extrañan sin poder hacer nada, de los que quieren, pero callan.

Hace falta un texto dijiste
y no pude eludir escribirte a ti,
que has revivido la imaginación
sin creatividad, que me dificulta un poco, decirte lo que quiero decir.

Yo sólo busco verme al espejo,
y sonreír de satisfecho, poder decir lo hice, apagar la luz y soñar contigo, como ayer y siempre, desde que te conocí.

Hoy el Silencio de mi habitación
grita tu nombre...

Hace falta un texto dijiste,
yo sólo espero que sea éste el que buscabas...

Anoche me soñé entre tus piernas

Anoche me soñé entre tus piernas,
y los pájaros nocturnos dejaron de cantar.

Las deudas y las reuniones de trabajo
las dejé guardadas en el bolsillo de mi billetera.

Me olvidé, de mis miedos, de mis retos,
de mis días de poemas inconclusos.

Olvidé los diálogos frente al espejo,
olvidé el vértigo de sentirte entre mis brazos,
y hoy...

Hoy mi sonrisa nadie la borra,
no sucedió en realidad,
pero tengo la satisfactoria experiencia de que anoche,
me soñé entre tus piernas.

“aMarl-entre”.comillas

A Mar no le pido milagros
si moja mi par de zapatos
a mi me es suficiente,
que cuente con historias
que las cuente con tus labios
(si no se encuentran ocupados).

Parafrasear aquella frase
que decías en la arena,
que hoy no suena sin la luna
que una vez nos miró mirándonos,
andando en la arena,
armando las quimeras,
quemando la soledad
sólo quedándonos:
tú y yo y el mar.

Marcados por una rima
que afirma que eres mía
en parte
parte de un poema
escrito en un solo libro
libre como liebre
saltando por la pradera
que es verde como hoja
que yo jamás veré caer
ni en otoño ni en tu piel.
¿Y la miel de tus versos?
En esos no soy tan sutil,
y yo para ti,
tengo una gota,
un charco,
un río
y un mar.

A Mar no le pido milagros,
sólo le pido amar.

A mar no le pido milagros,
sólo le pido a Mar

A mar

En el mar apareciste
del mar vienes,
Mar es tu nombre
y a amar vienes.

Toda tu haces rimar
mis frases que intentan sumar
elementos como remar a mar abierto
en busca de amar y ser amado.

Amar el mar es como mirarte en su oleaje,
en su espumosa belleza,
que al igual que tu rostro,
desaparece en segundos,
para dejar en mi mente la imagen y recuerdo
como huellas en la arena,
como tu contorno en las nubes,
como timar al tiempo presumiendo tenerte.

Martes, sigo esperando.
Mar te sigo esperando.